Ahora se ha puesto de moda «lo de emprender«, y en cualquier emisora de radio, programa de televisión, o artículo de prensa te animan a «hacer realidad tu idea» y «no te quedes con las ganas».
En este ambiente un tanto «eufórico», tiene más importancia que nunca el saber si los acontecimientos que se van presentando ante tu negocio son un riesgo, como un tsunami , o una oportunidad cual una nueva ruta comercial.
Para establecer si tu idea es una oportunidad, en primer lugar hay que examinar la realidad.
Y QUE ES LA REALIDAD,
Los hechos objetivos, por ejemplo, «hoy se registra en el termómetro 35º a la sombra«.
Si eres un esquimal, dirás «qué calor insoportable», es una opinión, que será opuesta al tuareg del desierto, que le parecerá más bien suave, y opinará por tanto lo contrario.
¿Quién tiene razón?, los dos, cada uno según su punto de vista. Ahora bien, tienes que tener bien claro si te diriges al esquimal o al tuareg. Si desconoces de quien parte la opinión, lo que tomas como información de partida no es válido.
QUE ES UNA OPORTUNIDAD
Tiene dos componentes:
- El momento temporal en el que es posible realizar una acción determinada.
- El que esa acción nos conduzca hacia el cumplimiento de un objetivo que deseas conseguir.
Los dos van de la mano, porque sólo el que sea posible hacer algo determinado no implica que te convenga hacerlo si no te ayuda a progresar hacia lo que tú quieras, ya sean más ventas, más beneficios, nuevos mercados, el desarrollo de un producto o lo que sea.
Un caso típico es cuando un pequeño empresario, buscando una colaboración puntual, tal vez como proveedor de una empresa más grande, se encuentra con que le hacen una oferta para comprar su negocio.
¿Es una oportunidad?
Si el objetivo del emprendedor era poner en marcha el negocio, y luego •»darle el pase» y dedicarse a otra cosa, sí será una oportunidad.
Si en cambio, lo que pretende es desarrollar su actividad y mantenerla en el tiempo, no le interesará, el que en ese momento sea posible venderla, no significa que sea lo que quiere conseguir.
Esto nos lleva a que para que un acontecimiento se convierta en una oportunidad o lo que puede parecerlo, HAY QUE TENER OBJETIVOS.
A veces encontrarás que los acontecimientos parecen superarte, y en ese momento te encuentras ante un DESAFIO, que hay que reconocer y aceptar por lo que es. El cómo hacerle frente vendrá dado por tus OBJETIVOS.
Cuando ocurre un suceso con el que no contabas, de inmediato piensas en un RIESGO:
Tienes un restaurante-hotel-cafetería estupenda, que funciona en un área de servicio de una carretera nacional desde hace 20 años, y tiene hasta premios de calidad. Te gusta tu actividad y tienes un negocio sólido, ni te planteas dejarlo y cambiar.
El nuevo plan de carreteras de la zona anuncia que van a hacer una nueva autovía, que desplazará todo el tráfico de la zona aproximadamente a cinco kilómetros antes de llegar a tu establecimiento. La realidad objetiva es que los clientes que pasan cada día ante tu puerta, van a ir por otro sitio.
¿QUE ES LO QUE HACES?
1. LO NIEGAS. Descalificas cualquier información que te llega sobre el tema. Directamente no te entra en la cabeza que esto pueda llegar a ocurrir.
2. TE PARALIZAS. No sabes qué hacer, no te lo esperabas. No haces nada nuevo por temor a equivocarte. Te quedas como estás a ver qué pasa.
3. LE QUITAS IMPORTANCIA. «Mientras aprueben eso, y se pongan de acuerdo a ver por dónde pasa, nos dan las uvas». No te parece urgente ni grave tomar alguna decisión al respecto, es más , «seguro que somos tan estupendos que van a seguir viniendo, aunque tengan que tomar un desvío».
4. TE ENFADAS.»No tienen nada mejor que hacer que una nueva autovía, si ya pasa poca gente por aquí, para que van a hacer otra más». ¿Por qué tiene que pasarme esto a mí?, y precisamente ahora, con lo difíciles que están las cosas.
5. BUSCAS CULPABLES. Preparas una manifestación contra el Ministerio, entregas firmas en el Ayuntamiento, hablas con cualquiera que de voz a tu disgusto, y buscas a quien echar la culpa de lo que sucede. Mientras tanto, en lo que se refiere al negocio, sólo estás perdiendo el tiempo.
6. TE DEPRIMES. Esto acabará conmigo. Vamos a ver qué pasa y haremos lo que podamos. No buscas otras salidas porque ni se te ocurren.
7. MIRAS LA REALIDAD DE FRENTE Y TE PONES A TRABAJAR.
A ver por dónde va a pasar la nueva autovía, y posicionarte para cambiar de sitio, o aún mejor, tal vez sea el momento de buscar un emplazamiento más urbano y que este riesgo en concreto quede eliminado para siempre. Realmente puede ser una oportunidad, si reaccionas antes de que la vea todo el mundo.
Como ya tienes un reconocimiento de tu marca, mientras se lleva o no a cabo lo anunciado, puedes ir probando otro negocio similar, o no, y ver qué resultado va dando.
No te quedas sentado esperando a ver qué pasa. Los hay que lo hacen, pero también es porque les pilló «mayores» y aprovechan para jubilarse, lo que no deja de ser otra opción a considerar, si es el caso.
LO UNICO QUE SIEMPRE VA A SER CONSTANTE ES EL CAMBIO
Cómo y en qué te afecta , va a ser producto de dos factores:
- ¿Es un cambio temporal? Simplemente es una época floja, y luego la actividad se va a recuperar, mientras tanto aguantas como puedes. En nuestro caso anterior, por obras en la carretera, hacen un desvío provisional.
- O ¿es un cambio radical?, sencillamente, van a dejar de pasar los clientes por la puerta , el mercado actual como tal deja de existir.
Y QUE PUEDES HACER?, TIENES TRES OPCIONES:
1. Te reinventas. La actividad que realizabas ha desaparecido como tal porque se hace de una forma completamente distinta. Por ejemplo, la edición de libros, cualquiera puede editarse su propio libro y la necesidad de una editorial como intermediaria ya no existe. Tienes que dedicarte a otro negocio, relacionada o no con lo que hacías antes.
2. Te adaptas a cómo se hacen las cosas ahora. Si vendías naranjas al mayorista, ahora puedes hacerlas llegar directamente al consumidor final. Si llevabas la contabilidad en fichas, ahora usas un ordenador.
3. Apuestas por el futuro. Nichos completamente nuevos, exploras y descubres necesidades insatisfechas, o nuevas formas de cubrirlas. Si aciertas, no dudes que la competencia te seguirá.
Pero para tener opciones de verdad, has de reconocer la naturaleza del cambio, y saber que los chollos no existen:
LO QUE NO ES UNA OPORTUNIDAD ES:
- Ir corriendo a comprarle el bar al que lo va a cerrar, porque está «tan barato».
- Caer en soluciones «fáciles» que te deslumbran, si hago una campaña de marketing se arreglará.
- Decir que quieres ser moderno, invertir y seguir pensando en las cosas a la antigua.
- Meter más dinero en algo que no tiene futuro esperando a que se arregle.
PORQUE LO DESCONOCIDO DA MIEDO
Lo que ocurre que cuando estas es una situación de cambio, lo que procuras es ir a lo seguro, y tomas acciones a la defensiva. Eso tiene su precio: Si tienes demasiado miedo a perder, será difícil que ganes.
Por muchos gastos que recortes, si no aumentas los ingresos no mejorarás. Gastar menos no significa necesariamente gastar bien. Mejor afinar en que se gasta que tenga la mayor repercusión posible en los ingresos, más que gastar es invertir.
Cuando preparas un examen y vas a lo justito, lo más seguro es que suspendas. Si hasta sabiéndolo muy bien puedes sacar un aprobado raspado, porque preguntaron lo que peor te sabias, o pusieron un examen de esos «con libros» que son la peor pesadilla de cualquier estudiante.
Si no actúas hasta que tengas toda la información, cuando vayas por el 70 % el 20% ya está desactualizado. la acumulación de datos da una falsa sensación de seguridad.
EL MIEDO ES BUENO, ES UNA REACCION NATURAL DE ALERTA
El miedo es natural, si no sientes miedo ante un cambio es que estás a la defensiva.
- Lo que pasa es que es engañoso, deforma y altera todo haciéndolo peor de lo que es.
- Concéntrate en lo que SI PUEDES hacer y no en lo que no puedes hacer
- Lo peor nunca es tan malo como eres capaz de imaginar.
- Convierte la ansiedad en previsión «si esto sucede, entonces yo»…
En resumen, en cualquier terreno relacionado con la siembra, ya sea de semillas, de clientes, de productos, de lo que sea, se aplica el famoso 20/80 de Pareto, el 20% de lo que hagas dará lugar al 80% del resultado, hay que trabajar para acertar.
Al final la diferencia entre riesgo y oportunidad, es tener claro:
1. Si es un cambio sustancial o sólo de formas.
2. Si es la sentencia de muerte o no para tu actividad, tal como es ahora.
3. Tomar una decisión al respecto, aunque no tengas toda la información (parálisis por análsis)
4. Estar preparado (tener conocimientos suficientes) para darte cuenta de lo que pasa, saber observar y analizar, eso te dará opciones para actuar. Tener claros tus objetivos personales para el negocio.
5. Pensar qué es lo peor que puede pasar, y que harás en caso de que ocurra.
Lo único permanente es el cambio, es un riesgo o una oportunidad según seas capaz de aprovecharlo.
Y tú ¿qué opinas? ¿Te gustaría estar preparado para el cambio?, te ofrezco una sesión de auditoría como coaching financiero para emprendedores para detectar los tres puntos de mejora de tu negocio
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